domingo, 22 de agosto de 2010

¿Y Usted de qué quiere trabajar?

La elección del trabajo como un recorrido subjetivo.

Dedico este trabajo a Héctor, Laura, Elena y Karen con quienes nos atrevimos a pensar este tema sin perder de vista al sujeto.

Hace aproximadamente quince años, mientras me encontraba trabajando en el Área de Empleos de una Empresa, escuché al que entonces era mi jefe decir a un postulante que había llegado recomendado: “¿Y a Ud. de qué le gustaría trabajar?”. “De cualquier cosa” respondió rápidamente, a lo que él retrucó: “De cualquier cosa no hay”.
Otro día me preguntó ¿cómo podía ser que algunos informes psicolaborales fueran prácticamente iguales si pertenecen a personas distintas?
Estas frases quedaron resonando en mí y han estado presentes en el recorrido realizado hasta aquí. Ellas fueron el motor del desarrollo que haré a continuación tratando de pensar el trabajar, una de las actividades principales de la vida adulta, desde algunos conceptos del Psicoanálisis.

Voy a partir de algunas nociones desplegadas por Lacan en el Seminario de La identificación y en otros de sus trabajos comenzando por la que me parece fundamental y es la diferenciación entre la noción de significante y la de significado que toma del lingüista de Saussure. La esencia del significante es la diferencia; en la red de significantes cada elemento se define en oposición a los demás, una inscripción en una puerta indica que es un baño de damas si a su lado tiene otra que dice caballeros. Si esta última en lugar de decir caballeros dijera ajedrez entonces se trataría de salas de juego. Hay un deslizamiento del significado bajo el significante.
Es por esta vía que Freud descubrió los efectos del inconciente: lapsus, chistes, sueños, síntomas; determinados por los mecanismos de sustitución y desplazamiento, metáfora y metonimia y es debido a ello que Lacan dice que el inconciente está estructurado como un lenguaje porque en él rigen las mismas leyes estructurales. El sin sentido orienta hacia la verdad del sujeto.
La segunda cuestión que me gustaría destacar es que hay una primacía del significante sobre el sujeto. El sujeto en su constitución se encuentra en una posición segunda en relación al significante que hace de él un efecto. El significante determina el sujeto.
Hay un vínculo entre el significante y la estructura subjetiva y el sujeto toma una estructura a partir de la identificación. En la identificación se trata de algo que sucede a nivel del deseo, deseo del sujeto que está en relación al deseo del Otro. La identificación es una respuesta al deseo del otro.
Cuando la madre responde a los gritos del niño ella los reconoce constituyéndolos como demanda, resultado de una interpretación subjetiva, en función de su deseo materno; pero como la demanda es demanda de otra cosa, la respuesta es respuesta de otra cosa. La demanda es demanda de amor, demanda de una presencia o de una ausencia. Según lo desarrollado por Lacan el deseo aparece como consecuencia de las alternancias de presencia ausencia de la madre, de la falta que vivencia el niño separado de su madre.
Ante esto tiende a colmar la falta, desea ser lo que le falta a la madre: el falo, pero en tanto esa madre haya podido asumir su propia castración y aparezca como deseante, posibilita la aparición del padre que en tanto representante de la ley, privará al sujeto de ser lo que a ésta le falta, accediendo de esta manera el niño a la identificación secundaria; del ser al tener.
Las demandas insatisfechas remiten al deseo. No habrá deseo mientras no hayan sido enlazadas por lo menos dos demandas que formen una serie continua.
El deseo está signado por una imposibilidad esencial, no hay adecuación entre deseo y objeto, hay falta que no quiere decir que algo falte, sino que se trata de una falta constitutiva del sujeto y es esta falta su motor y la que le da su carácter de indestructible, procediendo metonímicamente de un objeto a otro, de uno a otro significante.

Ahora bien ¿qué ocurre en la adolescencia? Freud en La novela familiar del neurótico dice que cuando un individuo crece debe realizar una operación necesaria, pero dolorosa: el desasimiento de la autoridad de sus padres, que comienza con las críticas, las comparaciones con otros, etc. En relación a esta se agrega otra que es la de elegir una profesión, un oficio, una herramienta con la cual obtener ingresos. Verse obligado a hacerlo por una demanda social no implica que se pueda, ya que como sabemos debido a la prematuración biológica del ser humano que alguien tenga un cuerpo adulto y recursos intelectuales no basta, debido a que estas tareas que el sujeto debe realizar se encuadran dentro de un tiempo lógico y no cronológico en los términos de evolución y desarrollo.
Frecuentes son las consultas en este momento en busca de respuestas acerca de qué estudiar o qué hacer y diferentes los modos de intervención ante estas. Desde mi punto de vista no alcanza con reducirlas a lo vocacional / ocupacional porque al hacerlo se corre el riesgo de no considerar lo fundamental, que es que en estos momentos se produce un reposicionamiento sexual del sujeto. Tampoco se trata de responder a estas preguntas porque de esa manera obturaríamos la aparición del deseo, motor de esta búsqueda.
También y en relación a lo anterior en varias entrevistas que he realizado pude observar en algunos sujetos la indefinición de intereses, la ausencia de proyectos y la dificultad para sostener actividades la mayoría de las veces relacionada con no poder implicarse, depositando en la mala suerte o en otros, la causa del abandono de las mismas.

El poder encontrar de qué trabajar forma parte y está en relación a un recorrido subjetivo que no se puede anticipar, se hace camino al andar y del cual solo se puede dar cuenta a posteriori. Tampoco se da de una vez y para siempre.
No hay adecuación entre el deseo y el objeto, hay falta. Esta hace surgir al deseo que impulsa la búsqueda.
Elegir un oficio, una profesión, de qué trabajar, es una decisión subjetiva e implica tomar algo para dejar otras cosas de lado.
Es con la falta, hay un corte allí donde algo se pierde.

Para continuar con este desarrollo tomaré una de las estrofas de la poesía extraída de la película “Las alas del deseo” que dice:

“Cuando el niño era niño jugaba con entusiasmo,y ahora se mete en sus cosas como antessólo cuando esas cosas son su trabajo”

que da pié a la mención del planteo realizado por algunos psicoanalistas que equiparan el trabajo en el adulto con el juego en el niño, mediando entre ellos una transformación que según mi punto de vista tiene que ver con este reposicionamiento que el sujeto debe realizar en la adolescencia.

Además trabajar implica poder insertarse en un mundo en el cual ocupamos posiciones respecto de los otros, en el cual hay normas. Al trabajar se ponen en juego identificaciones imaginarias determinadas simbólicamente por la angustia de castración.

En relación a esto quiero destacar la importancia que tienen los ideales, aunque a veces entremos en debate con ellos, pudiéndose observar las consecuencias que traen aparejadas la ausencia de éstos. Los ideales posibilitan pensarse en un futuro; que un sujeto diga: “Cuando sea grande…” es la anticipación de un proyecto.

La adolescencia enfrenta al sujeto con la tarea de un reposicionamiento: el pasaje de niño a adulto, de la endogamia a la exogamia. Es con el padre y los ideales, pero yendo más allá de ellos que se elige, implicando esto una decisión, pudiendo hacer algo con la falta constitutiva. No es lo mismo un niño que obedece que un adulto que trabaja, no es lo mismo trabajar que implicarse subjetivamente en el trabajo.
La posibilidad de trabajar dependerá de haber podido realizar este trabajo.

Freud da gran importancia al hecho de trabajar: postula la capacidad de rendimiento como una de las metas de la cura, por el contrario plantea la inhibición como uno de los motivos de tratamiento. En el malestar en la cultura le otorga valor en tanto liga al individuo a la realidad y le posibilita desplazar sobre él y sobre los vínculos humanos que con él se enlazan gran parte de los componentes libidinosos, narcisistas, agresivos y hasta eróticos, pero también plantea que no siempre es apreciado por el individuo como vía hacia la felicidad.

Como modo de responder a esto último creo que es preciso lograr que el trabajo en el adulto se ligue al jugar en el niño, mediando entre ellos un espacio transicional que posibilite el jugar a que se trabaja como pasaje. Si esto no se consigue, el resultado tal vez no implique que el individuo no trabaje, pero lo hará desde la adaptación, la alienación, a costa de su empobrecimiento como sujeto, no apareciendo en ello algo en relación a su deseo, generando esto un terreno fértil para futuros síntomas e inhibiciones.
Es preciso que algo del orden del deseo invista el trabajar para que allí haya sujeto, ligar el trabajo al deseo, eje central de toda producción subjetiva entendiendo por esta el aprender, crear y dejar marcas, que remitirán a lo particular de ese sujeto.

Quisiera concluír con una frase de Freud extraída del libro Cartas de amor:
"Después de todo, ya sabes que una de mis facetas consiste en ser incapaz de trabajar si no me siento alentado por alguna esperanza que considere importante" (19/06/1884).
Y a modo de ejemplo comentar algunas observaciones acerca de un sujeto que tuve oportunidad de entrevistar en diferentes momentos de su historia:
Estas observaciones fueron realizadas con un intervalo de dos años mientras el mismo se encontraba debatiendo casos en grupo. En la primera de ellas se lo veía tenso, tartamudeó en varias ocasiones y aunque sus interpretaciones eran adecuadas, cedía rápidamente ante otras posturas; en la segunda se observó un cambio: desde el mismo estilo agradable y respetuoso, ocupó un lugar protagónico dentro del grupo, haciendo valer su opinión, aún ante otro integrante cuya particularidad era desmerecer las opiniones de los demás. Logró sintetizar las opiniones de sus compañeros observándose gran claridad para expresarse.
Al encontrarme nuevamente con él en una entrevista individual en la cual continuó con la misma actitud de la última vez, al hablar de su familia comenta que el es hijo de madre soltera… “Bah…es una historia larga, si quiere se la cuento” y cuenta que su madre nunca le habló del padre y que una vez que él le preguntó se puso muy mal, razón por la cual él no había vuelto a insistir. Fue criado por su abuela no vidente, porque su madre debía trabajar muchas horas para poder mantenerlo a él y a sus hermanos menores, hijos de otra pareja de ésta que tampoco prosperó. “Con esta historia todos pensaban que yo iba a ser un delincuente cuando fuera grande”.
Ni bien terminó sus estudios secundarios se vio obligado a trabajar para ayudar económicamente en su casa y al primer aviso que vio se ofreció, aprendiendo a manejar en 3 días, ya que saber hacerlo era condición para ser tenido en cuenta. De esa ocupación comenta que trabajaba muchas horas y ganaba poco y que su jefe lo trataba muy mal, de manera irrespetuosa en varias oportunidades, pero que ante esto él nada hacía, se la aguantó hasta que encontró algo mejor. Se fue de allí al conseguir trabajo en una Empresa, ingresando para cubrir el puesto de operario de producción. En este interín conoció a una chica con la cual entablaron una relación de noviazgo. Al poco tiempo su novia le preguntó si no le gustaría saber quién era su padre porque ella creía que él debía saber esto. Esta pregunta resignificó su interés y contando con muy pocos datos como su ocupación, inició la búsqueda. Resultó ser que este señor vivía a tres cuadras de la casa de su novia y cuando finalmente él va a preguntar le dicen que había fallecido hace 2 meses y le preguntan: “¿Pero usted por qué lo busca, es pariente porque es muy parecido físicamente, es su hijo?”...Luego se enteró que su hermano por parte de padre había trabajado en la Empresa en la que trabajaba él actualmente. Del puesto de oficial pasó al de operador y su Jefe lo pidió cuando se fue a otra línea de producción, tiene una buena relación con él e inclusive suelen tocar otros temas y no solamente los relacionados con el trabajo. Está contento con la tarea que realiza pero sigue buscando otras alternativas para aumentar sus ingresos de manera de poder concretar proyectos como el de tener una casa para vivir con su novia. En el tiempo libre toca la guitarra eléctrica y da clases de guitarra a niños. Al preguntarle por sus proyectos a mediano plazo, además de los mencionados anteriormente dice: “Me gustaría ser Supervisor”.

Gabriela Toledo.
21 de noviembre de 2009.


Bibliografía:
-Seminario 9: La identificación. Jacques Lacan.
-La significación del falo. Jacques Lacan.
-Subversión del sujeto y dialéctica del deseo. Jacques Lacan.
-El complejo de Edipo como hecho de discurso. Anabel Salafia.
-El complejo de Edipo y la cosa familiar. Anabel Salafia.
-Introducción a la articulación del complejo de Edipo y el complejo de castración. Anabel Salafia.
-Las alas del deseo.
-El niño y el significante. Ricardo Rodolfo
-El método psicoanalítico de Freud, 1904.
-Inhibición, síntoma y angustia, 1926.
-El malestar en la cultura, 1930.
-Cartas de amor, Ed. Premiá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bazofia de trabajo!!! un pastiche infernal!! sigan asi, iluminando nuestras mentes